Hijo de arte que aprendió los rudimentos de la pintura de su padre y lo superó sin mucho esfuerzo.
Gracias a sus cortes audaces y composiciones estudiadas, no busca ambientes ni hace retratos, sino que da forma y color a los sentimientos.
Las dos figuras del pastor y la pastora acentúan esa idea de paz en estas vísperas tranquilas.
Un pintor que no pinta un objeto pero recrea el sentimiento, incluso si es un simple eco.
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