Pietro Perugino - Apolo y Marsyas (C. 1495)


El maestro de Perugia, que merece más espacio en el mundo del arte, no era un pintor trivial y fácil de leer.
La primera crítica se basa en el halcón que se apodera de la presa para interpretar la pintura como un Apolo escuchando a Marsyas, en la competencia que obviamente ganará al hermoso dios griego. Marsyas era un sátiro, ¿el pintado parece un sátiro?
Una interpretación más actual (y quizás más precisa) ve al joven pastor Dafni con la intención de jugar (en griego significa laurel, de laurel viene Lorenzo). ¿Una hermosa alegoría deseada por Lorenzo el Magnífico? Probablemente.
Lo cierto es que las dos figuras se copian de dos grandes obras del pasado firmadas por Praxiteles y por la escuela de Lisippo.

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