Robert Campin - Trinitad (C. 1430)


Una pintura hierática, rígida y con contornos casi de mármol. Robert Campin decidió representar este dogma sin el menor rastro de sentimentalismo, siendo precisamente una ley fundamental del pensamiento cristiano.
Todo es símbolo y concepto: el pelícano (Eucaristía), la leona (Resurrección), la Iglesia y la Sinagoga. Se respetan todas las reglas de la iconografía.
Una Trinidad en el trono que respeta la construcción de las mejores conversaciones sagradas, una conversación tripartita, íntima y fuerte.

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