Caspar David Friedrich es el pintor del silencio.
Sus composiciones nunca son banales e incluso menos obvias. El par de agujas de la Catedral de Halle parece conversar con el par de mujeres inmóviles y silenciosas que muestran su cercanía simplemente con una mano en el hombro.
Toda la obra está dominada por una sensación de silencio silencioso y Caspar David Friedrich se impone como poeta de la pintura.
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