Pablo Picasso - bebedor de ajenjo (1901)


En un momento, el de los bebedores de ajenjo, que reinó en los impresionistas. Picasso lo hace suyo y se da cuenta a su manera, de una manera nueva.
Los colores hablan por las formas. Los colores brillantes de la composición resaltan aún más la falta de estructura de los tonos de la cara de la mujer, que debido a su vicio no estaba en forma óptima.
Picasso tiene un genio tan único que puede ofrecerse como punto de partida para la vanguardia.

Comentarios