Andrea Mantegna - Madona de la Victoria (1496)


En la mejor tradición de Mantegna, la obra es una sucesión de símbolos.
Una conversación sagrada bajo una exuberante pérgola, de hojas y frutos verdes, recuerda ese paraíso terrenal que Adán y Eva (en la base del trono) han perdido debido a su deseo de conocimiento.
Una construcción piramidal, que destaca la figura de la Virgen, la única que puede interceder para hacernos regresar al Paraíso perdido.

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